Pero más allá de su nombre (que se queda en mera inspiración retro), tenemos otro detalle "dudoso". Y es que en un gesto de contención de costes difícil de justificar por parte de una marca como Aston, el V12 Zagato no tiene faros diseñados específicamente para él, sino que usa los mismos grupos ópticos delanteros del Vantage "normal", pero con una pestaña de fibra de carbono negra encima para intentar ocultar su forma original y cuadrar con la que querían los diseñadores.
Pasa algo similar con los grupos ópticos traseros, que se esbozaron con una forma que requería una nueva tulipa, y de la que se ha prescindido, jugando con su forma "imaginaria" con el negro de la fibra. Y todo por ahorrar en la construcción de grupos ópticos nuevos, una inversión costosa, cierto es, pero que debería estar justificada en un coche con la tarifa del V12 Zagato.
